¡Estamos ante una nueva oportunidad que no se debe dejar escapar por parte de los máximos representantes de nuestra diabetes en este país. La atención a la diversidad debe alcanzar también a la atención normalizada en los centros educativos (públicos, concertados y privados) y a todos los niveles (infantil, primaria, secundaria y bachillerato) de las diferencias que las distintas patologías provocan. La escolarización de un niño con diabetes en un centro ordinario significa la continuación de los cuidados de su diabetes también en el centro educativo. Y significa que es la Administración de Educación la que en cada caso deberá poner los medios necesarios para que el tratamiento de la diabetes del menor sea atendido en el ámbito escolar. Resulta de todo punto discriminatorio y técnicamente reprobable que una circunstancia social como es el seguimiento de tratamientos médicos en el ámbito escolar, todavía no se haya planteado en una norma estatal de carácter general y básico. ¡Es el momento, Señores!