Falta voluntad política para solucionar este problema que atañe a todas las personas con diabetes insulinodependiente. Estamos hablando de cantidades económicas ínfimas entre unas agujas y otras, entre la calidad y el “bajo precio”. Al final, los decisores, ante las agujas que cumplen los requisitos técnicos de acceso al sistema de adquisición correspondiente, eligen la que resulta más barata, independientemente de que existan otras marcas que mejoran la calidad de los materiales, la lubrificación, protección, ajuste de la rosca o luz de la aguja.
A veces ocurren estas cosas y se dan estas situaciones. El "político" de turno te dice "sin problemas, no os preocupéis que esto lo arreglamos". Luego se lo pasan a los técnicos que son los que verdaderamente entienden y ya sea desde un enfoque técnico, presupuestario, coste efectivo o jurídico, ven que no es posible hacerlo. En cualquier caso, desde Addeisa pensamos que algo falla en el sistema de dispensación de agujas para plumas de insulina elegido, algo "chirría", pues la vía normalizada para su entrega y dispensación no es un Centro Sanitario sino la farmacia. Los instrumentos que estamos obligados a utilizar en Addeisa, además de la información, son las normas y documentos y no disponemos de ninguno que nos haga desviar de lo dicho.
¡Cuánta razón tiene el Dr. Menéndez! Sabiendo el problema que tenemos, habrá que trabajar en las causas para evitar las consecuencias de las que habla. Desde aquí seguimos mostrando nuestra extrañeza primero en el infradiagnóstico, segundo en el lenguaje que elige el facultativo para dirigirse al nuevo diagnosticado con DM2 pues no debe servir decirle "tiene Vd. el azúcar un poco alta" (el paciente tiene derecho a saber que tiene una DM2), la tardía insulinización, la falta de ED... Mucho queda por hacer, pero estamos en el camino.